- Vladimir Maiakovski: El arte no es un espejo para reflejar el mundo, sino un martillo con el que golpearlo.
- Luis Büchner / Fuerza y materia / 1855
- Alexandra Kollontai: Los seguidores del materialismo histórico aceptan plenamente las particularidades naturales de cada sexo y demandan sólo que cada persona, sea hombre o mujer, tenga una oportunidad real para su más completa y libre autodeterminación, y la mayor capacidad para el desarrollo y aplicación de todas sus aptitudes naturales. Los seguidores del materialismo histórico rechazan la existencia de una cuestión de la mujer específica separada de la cuestión social general de nuestros días.
- Lenin: En toda guerra la victoria depende en último término del estado de ánimo de las masas que derraman su sangre en el campo de batalla ("¦) Los generales zaristas dicen que nuestros soldados rojos soportan las penalidades como jamás las hubiese soportado el ejército del régimen zarista. Esto se explica porque cada obrero y campesino enrolado sabe por qué combate, y conscientemente derrama su sangre en aras del triunfo de la justicia y el socialismo. El hecho de que las masas tengan conciencia de las finalidades y las causas de la guerra tiene una enorme importancia y garantiza la victoria.
- Clase Obrera en lucha
- Harpal Brar: Estos medios "pacíficos" incluían a menudo el derrocamiento de regímenes populares mediante golpes de Estado instigados por la CIA o el bloqueo de países como Cuba. Ambas tácticas, la pacífica y la violenta, son empleadas por todas las clases reaccionarias, que de igual manera utilizan el engaño del cura como la violencia del carnicero. La engañosa política de paz del imperialismo es el complemento de su política de guerra.
- Materialismo / Zeferino González / Historia de la Filosofía / 1886
- Lenin: Pero un marxista, al apreciar el momento dado, no debe partir de lo posible, sino de lo real.
- Agim Popa: Nuestro humanismo socialista no es para todos y no puede estar por encima de las clases, tampoco es el humanismo de la misericordia cristiana hacia el enemigo. En la sociedad de clases no hay ni puede haber humanismo general, al igual que no hay ni puede haber democracia para todos, hay para la mayoría trabajadora o para la minoría explotadora, o para el pueblo o para sus enemigos.
- Lenin: La sola idea de querer subordinar pacíficamente a los capitalistas a la voluntad de la mayoría de los explotados, de la transición pacífica, reformista hacia el socialismo, no sólo es de un filisteísmo extremo, sino también un engaño total y absoluto a los trabajadores; es el embellecimiento de la esclavitud asalariada del capitalismo, una ocultación de la verdad. La cuestión de fondo es que la burguesía, incluso la más educada y democrática, ya no duda en recurrir a cualquier crimen o fraude, a masacrar a millones de obreros y campesinos a fin de salvar la propiedad privada de los medios de producción. Sólo el derrocamiento violento de la burguesía, la confiscación de su propiedad, la destrucción de toda la maquinaria estatal burguesa, de abajo a arriba - parlamentaria, judicial, militar, burocrática, administrativa, municipal, etc., cosa que conlleva incluso la deportación o el internamiento de por vida de los explotadores más peligrosos y recalcitrantes - poniéndolos bajo estricta vigilancia, a fin de combatir sus inevitables intentos por resistir y restaurar la esclavitud capitalista - sólo medidas de este tipo pueden asegurar una subordinación real de toda la clase explotadora.
- Harpal Brar: Naturalmente, mientras subrayan la necesidad de la revolución violenta para derrocar a la burguesía, los marxistas-leninistas siempre reconocen la necesidad, en determinadas circunstancias, de la participación del proletariado en la lucha parlamentaria. Pero el objetivo de tal participación es la utilización del parlamento como medio para desvelar la naturaleza reaccionaria, podrida y anticuada del sistema burgués, y para educar a las masas - y no para sembrar ilusiones sobre la 'transición pacífica al socialismo'. En otras palabras, el proletariado participa en la escena parlamentaria con el único propósito de utilizar el parlamento para desenmascarar el parlamentarismo burgués.
- Konstantinov y otros / La unidad del mundo / 1977 / 1986
- Harpal Brar: Cualquiera que tenga un mínimo conocimiento del marxismo sabe que el Estado no es más que un instrumento de la clase dominante, un instrumento para asegurar la subyugación de una clase sobre otra. Mientras exista el Estado, éste no puede situarse por encima de las clases; mientras el proletariado utilice el Estado, lo hará para doblegar a sus adversarios. La mera existencia del Estado es una prueba elocuente del carácter irreconciliable de los antagonismos de clase. En el momento en que el Estado se convierte en representante de toda la sociedad, se hace innecesario y superfluo, y como tal desaparece.
- Harpal Brar: Sin embargo, el proletariado necesita tener su propio Estado - la dictadura del proletariado - para "el periodo histórico que separa el capitalismo de la 'sociedad sin clases', el comunismo" (V.I. Lenin, El Estado y la Revolución). La dictadura del proletariado es necesaria para hacer realidad la "expropiación de los expropiadores", aplastar la inevitable resistencia de las antiguas clases explotadoras así como sus intentos de restaurar el antiguo sistema, y organizar la reconstrucción económica de la sociedad - en definitiva, para preparar las condiciones materiales y espirituales necesarias para pasar de la fase inferior a la fase superior del comunismo. Puesto que las clases (y por tanto la lucha entre ellas) siguen existiendo después del derrocamiento de la burguesía y durante toda una época histórica, la dictadura del proletariado se hace necesaria durante este periodo. De lo contrario, no puede recorrerse el largo y tortuoso camino que va de la fase inferior hasta la fase superior del comunismo.
- Harpal Brar: El proletariado y su partido político nunca han ocultado que la revolución proletaria tiene por objetivo el derrocamiento del orden burgués (dictadura de la burguesía), y el establecimiento de la dictadura del proletariado; y que esta dictadura del proletariado es necesaria durante toda una época histórica, que separa el capitalismo de la sociedad comunista sin clases. El marxismo-leninismo no tiene motivo alguno para ocultar esta verdad, puesto que por su propia naturaleza, la dictadura del proletariado es el poder de la gran mayoría sobre una pequeña minoría de explotadores y potenciales explotadores. Son la burguesía y sus representantes políticos, que gobiernan en nombre de una ínfima minoría de explotadores, quienes, intentando engañar a las masas, hacen todo lo posible para ocultar la naturaleza de clase del Estado burgués, y hablan de su máquina estatal como si fuera "de todo el pueblo" y estuviera por encima de las clases.
- Harpal Brar: La única vía para desarrollar, profundizar y ampliar la democracia para las masas trabajadoras es a través el ejercicio de la dictadura del proletariado sobre las clases explotadoras; sin ello, no puede haber democracia real para el pueblo trabajador. La democracia proletaria y la democracia burguesa son mutuamente excluyentes. La más completa eliminación de la democracia burguesa es condición para el más completo florecimiento de la democracia proletaria.
- Gustavo Bueno / Usos filosóficos del término materia / 1990
- El gobierno chino refuerza la medicina tradicional de su país para tratar a los enfermos de coronavirus
- Stalin: El Partido no es sólo el destacamento de vanguardia de la clase obrera. Si quiere dirigir realmente la lucha de su clase, tiene que ser, al mismo tiempo, un destacamento organizado de la misma.
- Lenin: En mis tesis, me aseguré completamente de todo salto por encima del movimiento campesino o, en general, pequeñoburgués aún latente, de todo juego a la "conquista del poder" por parte de un gobierno obrero, de cualquier aventura blanquista, puesto que me refería directamente a la experiencia de la Comuna de París. Como se sabe, y como lo indicaron detalladamente Marx en 1871 y Engels en 1891, esta experiencia excluía totalmente el blanquismo, asegurando completamente el dominio directo, inmediato e incondicional de la mayoría y la actividad de las masas, sólo en la medida de la actuación consciente de la mayoría misma.
- Friedrich Engels: A lo largo de toda Europa, la situación política vigente es producto de revoluciones. La base legal, el derecho histórico, la legitimidad, han sido acribillados en todas partes, o tirados por tierra. Pero, está en la naturaleza de todos los partidos o clases que han llegado al poder por medio de la revolución, el reclamar que la nueva base jurídica creada por esta sea reconocida incondicionalmente y considerada sagrada. El derecho a la revolución existió "”de lo contrario los gobernantes actuales no serían legales"” pero a partir de ahora no habrá de existir más.
- Friedrich Engels: Los partidos liberales de todos los matices colaboraron en la revolución de 1848-1869, y hoy no se privarían del derecho de oponerse por la fuerza a cualquier intento de fuerza de derrocar la Constitución. Los centristas reconocen a la Iglesia como al poder más elevado, por encima del Estado, como un poder que en un caso dado podría, en consecuencia, hacer de la revolución un deber. Y esos son los partidos que nos exigen que nosotros, sólo nosotros de entre todos, declaremos que en ninguna circunstancia recurriremos a la fuerza, y que nos someteremos a toda opresión, a todo acto de violencia, no sólo tan pronto como sea legal meramente en la forma "”legal según lo juzgan nuestros adversarios"” sino también cuando sea directamente ilegal.
- Gustavo Bueno / Materia / 1990
- Friedrich Engels: Sólo por la resistencia desafiante hemos ganado respeto y nos hemos transformado en una potencia. Sólo el poder es respetado, y únicamente mientras seamos un poder seremos respetados por el filisteo. Cualquiera que le haga concesiones no podrá seguir siendo una potencia y será despreciado por él. La mano de hierro puede hacerse sentir en un guante de terciopelo, pero debe hacerse sentir. El proletariado alemán se ha convertido en un partido poderoso; que sus representantes sean dignos de él.
- Karl Marx: El hecho de que la posesión de los medios de trabajo permita al empresario capitalista producir una plusvalía o, lo que viene a ser lo mismo, apropiarse una determinada cantidad de trabajo no retribuido, es precisamente lo que permite al propietario de los medios de trabajo, que los presta total o parcialmente al empresario capitalista, en una palabra, al capitalista que presta el dinero, reivindicar para sí mismo otra parte de esta plusvalía, bajo el nombre de interés, con lo que al empresario capitalista, como tal, sólo le queda la llamada ganancia industrial o comercial.
- Federación Sindical Mundial (FSM)
- Medios de desinformación masiva
- Friedrich Engels: Los obreros deben por tanto esforzarse por hallar una salida a una situación que los reduce al nivel de la bestia, para crearse una existencia mejor, más humana; y no pueden hacerlo sino emprendiendo la lucha contra los intereses de la burguesía como tal, intereses que residen precisamente en la explotación de los obreros. Pero la burguesía defiende sus intereses con todas las fuerzas que es capaz de emplear, gracias a la propiedad y al poder del estado de que dispone. Desde el momento en que el obrero quiere escapar al estado de cosas actual, el burgués se convierte en su enemigo declarado. Pero el obrero puede observar, además, que el burgués, en todo momento, lo trata como a una cosa, como su propiedad, y es por esta razón que se manifiesta como enemigo de la burguesía.
- Eduardo Galeano: Y al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable.
- Büchner / Fuerza y materia / Infinito de la materia / 1855
- Encarcelan abitrariamente a abogada laboralista en México
- Julio Cortázar: Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.
- Fidel Castro: ¡El arma del revolucionario es la verdad! ¡El arma del revolucionario es la razón! ¡El arma del revolucionario es la idea! ¡El arma del revolucionario es el pensamiento! ¡El arma del revolucionario es la conciencia!
- Benito Pérez Galdós: No encerrarán entre murallas mi pensamiento. Resido en las estrellas.
- Fidel Castro: Nada puede crearse más noble, humano, motivante y beneficioso que una escuela.
- Büchner / Fuerza y materia / Universalidad de las leyes naturales / 1855
- Rafael Gómez Nieto: No hagáis guerras. La guerra es mala para todo el mundo. Las guerras solo las ganan los ricos.
- Stalin: El programa nacional debe incluir sin falta un punto especial acerca del derecho de las naciones a la autodeterminación, llegando incluso a la separación para formar su propio Estado.
- Stalin: Habla usted de su «devoción» hacia mí. Quizás se le haya escapado casualmente esta frase. Quizás, pero si no es una frase casual, le aconsejaría que desechara el «principio» de la devoción a las personas. Ese no es el camino bolchevique. Sed únicamente devotos de la clase obrera, de su partido, de su estado. Esta es una cosa buena y útil. Pero no la confundáis con la devoción a las personas, esa fruslería vana e inútil propia de intelectuales de escasa voluntad.
- Stalin: No tengo discípulos en absoluto. Todos somos discípulos del gran Lenin.
- Büchner / Fuerza y materia / Libre albedrío / 1855
- VÁ¡clav Marhoul: Solo en la oscuridad podemos ver la luz.
- Anónimo: Las palabras no se las lleva ningún viento, cada palabra destruye o edifica, hiere o cura, maldice o bendice.
- Lorca: Cultura, porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.
- Friedrich Engels: En 1831, estalla en Lyon la primera insurrección obrera, y de 1838 a 1842 alcanza su apogeo el primer movimiento obrero nacional: el de los cartistas ingleses. La lucha de clases entre el proletariado y la burguesía pasó a ocupar el primer plano de la historia de los países europeos más avanzados, al mismo ritmo con que se desarrollaba en ellos, por una parte, la gran industria, y por otra, la dominación política recién conquistada de la burguesía. Los hechos venían a dar un mentís cada vez más rotundo a las doctrinas económicas burguesas de la identidad de intereses entre el capital y el trabajo y de la armonía universal y el bienestar general de las naciones, como fruto de la libre concurrencia. No había manera de pasar por alto estos hechos, ni era tampoco posible ignorar el socialismo francés e inglés, expresión teórica suya, por muy imperfecta que fuese. Pero la vieja concepción idealista de la historia, que aún no había sido desplazada, no conocía luchas de clases basadas en intereses materiales, ni conocía intereses materiales de ningún género; para ella, la producción, al igual que todas las relaciones económicas, sólo existía accesoriamente, como un elemento secundario dentro de la «historia cultural». Los nuevos hechos obligaron a someter toda la historia anterior a nuevas investigaciones, entonces se vio que, con excepción del estado primitivo, toda la historia anterior había sido la historia de las luchas de clases, y que estas clases sociales pugnantes entre sí eran en todas las épocas fruto de las relaciones de producción y de cambio, es decir, de las relaciones económicas de su época: que la estructura económica de la sociedad en cada época de la historia constituye, por tanto, la base real cuyas propiedades explican en última instancia, toda la superestructura integrada por las instituciones jurídicas y políticas, así como por la ideología religiosa, filosófica, etc., de cada período histórico. Hegel había liberado a la concepción de la historia de la metafísica, la había hecho dialéctica; pero su interpretación de la historia era esencialmente idealista. Ahora, el idealismo quedaba desahuciado de su último reducto, de la concepción de la historia, sustituyéndolo una concepción materialista de la historia, con lo que se abría el camino para explicar la conciencia del hombre por su existencia, y no ésta por su conciencia, que hasta entonces era lo tradicional. De este modo el socialismo no aparecía ya como el descubrimiento casual de tal o cual intelecto de genio, sino como el producto necesario de la lucha entre dos clases formadas históricamente: el proletariado y la burguesía. Su misión ya no era elaborar un sistema lo más perfecto posible de sociedad, sino investigar el proceso histórico económico del que forzosamente tenían que brotar estas clases y su conflicto, descubriendo los medios para la solución de éste en la situación económica así creada. Pero el socialismo tradicional era incompatible con esta nueva concepción materialista de la historia, ni más ni menos que la concepción de la naturaleza del materialismo francés no podía avenirse con la dialéctica y las nuevas ciencias naturales. En efecto, el socialismo anterior criticaba el modo capitalista de producción existente y sus consecuencias, pero no acertaba a explicarlo, ni podía, por tanto, destruirlo ideológicamente, no se le alcanzaba más que repudiarlo, lisa y llanamente, como malo. Cuanto más violentamente clamaba contra la explotación de la clase obrera, inseparable de este modo de producción, menos estaba en condiciones de indicar claramente en qué consistía y cómo nacía esta explotación. Mas de lo que se trataba era, por una parte, exponer ese modo capitalista de producción en sus conexiones históricas y como necesario para una determinada época de la historia, demostrando con ello también la necesidad de su caída, y, por otra parte, poner al desnudo su carácter interno, oculto todavía. Este se puso de manifiesto con el descubrimiento de la plusvalía. Descubrimiento que vino a revelar que el régimen capitalista de producción y la explotación del obrero, que de él se deriva, tenían por forma fundamental la apropiación de trabajo no retribuido; que el capitalista, aun cuando compra la fuerza de trabajo de su obrero por todo su valor, por todo el valor que representa como mercancía en el mercado, saca siempre de ella más valor que lo que le paga y que esta plusvalía es, en última instancia, la suma de valor de donde proviene la masa cada vez mayor del capital acumulada en manos de las clases poseedoras. El proceso de la producción capitalista y el de la producción de capital quedaban explicados. Estos dos grandes descubrimientos: la concepción materialista de la historia y la revelación del secreto de la producción capitalista, mediante la plusvalía, se los debemos a Marx. Gracias a ellos, el socialismo se convierte en una ciencia, que sólo nos queda por desarrollar en todos sus detalles y concatenaciones.
- Büchner / Fuerza y materia / Dignidad de la materia / 1855
- Rousseau: Cuanto menor es la relación de las voluntades particulares a la voluntad general, esto es, de las costumbres a las leyes, tanto mayor debe ser la fuerza que reprima. Luego el gobierno para ser bueno debe proporcionalmente ser más fuerte a medida que el pueblo es más numeroso.
- Fidel Castro: El bloqueo es cruel, es duro, es una medida impuesta contra el pueblo, contra hombres, mujeres, niños; el bloqueo es, incluso, un acto genocida.
- Alfredo Grimaldos: El estudio titulado «Sobre la democracia parlamentaria», patrocinado por la Comisión Trilateral, constituye un elocuente manifiesto a favor de la plutocracia: «Cada sociedad democrática ha tenido una población marginada, de mayor o menor tamaño, que no ha participado activamente en la política. De por sí, esta marginalidad de parte de un grupo es intrínsecamente antidemocrática, pero ha sido también uno de los factores que ha permitido a la democracia funcionar eficazmente». El asunto lo dejan muy claro: «El funcionamiento eficaz de un sistema democrático exige, por lo general, cierta apatía y falta de participación de algunos individuos y grupos». Una cita con las urnas de vez en cuando y ya están listos.
- Oscar Wilde: La desobediencia, a los ojos de cualquiera que haya leído la historia, es la virtud original del hombre. A través de la desobediencia el progreso ha sido hecho, a través de la desobediencia y a través de la rebelión.
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