-“Soy solo una aberración de espacio-tiempo que tu cerebro alcanza a percibir, mientras que tu subconsciente me da forma”- Exclamó ella mientras que con sus frías y pálidas manos recogía mi viejo libro.
Yo, aún incrédulo, solo alcance a responder: -“Bueno, y si es verdad que solo eres producto de mi imaginación ¿Por qué ocupas un lugar en el espacio físico?-
Esto al ver como las gotas de lluvia resbalaban por su cabello, ella se dirigió con torpeza hacia mí hasta el punto en que nuestras miradas lograron conectarse, es entonces que pude observar como sus lúgubres y oscuros ojos carecían de brillo alguno, parecía como si la inmensidad de la nada se ocultara detrás de ellos. Tuve un pequeño mareo que se vio interrumpido con una pregunta que me supo a objeción:
-“¿Por qué me has visualizado como una mujer?, los entes como yo carecemos de sexo”, se me escapó una ligera risa mientras observaba con cierto nerviosismo que su rostro no era capaz de reflejar sentimiento alguno, en dicho punto y ya con algo de miedo volví a cuestionarla:
-“¿Quién eres tú?-, ella respondió:
-“Te lo eh dicho, soy solo una aberración, un error de la realidad, se supone que yo no debería existir y que tú no deberías ser capaz de detectarme”-.
Ante tal respuesta me vi en la necesidad de solicitarle pruebas a aquella extraña mujer, ella me cogió de la mano, fijo su mirada en mí y me solicito cerrar los ojos mientras me pedía con una fría voz que tratara de imaginarla con cabello rojizo. Pasó alrededor de un minuto cuando un efímero pero fuerte dolor de cabeza azoto mi cabeza, abrí los ojos y ahí estaba ella, tal cual como lucia en mi cabeza, su cabello color rubio de un momento a otro se había tornado de color rojizo por lo que mi cabeza no pudo más y ante la impresión perdí el conocimiento.
-“Vaya, creí que habías muerto…así lo llaman ustedes ¿no?”-
Fue lo primero que escuché, nuevamente mi sorpresa fue espeluznante al ver como aquella chica cuyo pelo había cambiado de color en un abrir y cerrar de ojos conocía la dirección de mi hogar y encima me había trasladado desde aquel bosque tan lejano hasta la comodidad de mi cama. Se encontraba ahí, junto a mí, su mirada fija en el horizonte observaba el paisaje nocturno y lluvioso que nos regalaba aquel marco justo al lado de mi cama.
–“¿Sabes qué hora es?”- dije mientras ella reaccionaba bruscamente al tono de mi voz:
-“¿En verdad es tan importante el tiempo para ustedes?”-
-“¿Por qué lo dices?”- repliqué,
-“Prácticamente te has transportado desde una ubicación lejana a otra ¿y lo primero que te da por preguntar es un factor tan ambiguo como es el tiempo?”-
-“sólo quiero saber si mi madre ha llegado ya del trabajo”- nuevamente repliqué, ella respondió:
–“Tu madre está bien, se encuentra en la planta baja preparando la cena, deberías preocuparte más por tu colapso mental”-.
Tratando de buscar algo de normalidad fue que me puse de pie, me dirigí a la puerta y giré el picaporte, nuevamente ella se encontraba de pie justo detrás de mí, pensé: “carajo, ni siquiera la vi ponerse de pie”:
-“Veo que el espacio y la realidad son de igual manera muy importante para ustedes los humanos”-
Fue en ese punto en el que comprobé que fuese lo que fuese esa “chica” no solo podía cambiar su forma o ubicación en el espacio, sino que además podía leer mis pensamientos, la situación pintaba aún más aterradora. Con cierto nerviosismo y sin mirar atrás fue que baje las escaleras, tratando de percibir con el rabillo del ojo si dicha “cosa” simplemente me seguía de una forma poco perceptible o todo lo contrario: se tele-transportaba… Era simplemente una mierda comprobar que era la segunda opción…
Continuará...
Comments
No comments yet. Be the first to react!